Respirar, respirar es algo que tenemos automatizado, algo  que tomamos por sentado. pero cuando tomamos consciencia de respirar el mundo de cierta manera se frena, el tiempo se hace más lento y en los pequeños segundos que estamos pensando en respirar en realidad parecen minutos, todo se vuelve calmo y la ansiedad baja. Si realmente logramos conectarnos nos nosotros mismos en esa respiración es como irse a otro lugar, entrar en un trance de suavidad donde las preocupaciones por minutos no existen. Es loco por que el humano en comparación con tantas cosas es muy efímero pero en esos segundos donde realmente uno se concentra en respirar y es lo único que hace, su condición de efímero desaparece, realmente parece dejar de existir la corrida en la que vivimos por alcanzar el horizonte, por no dejar que el tiempo se nos escape de las manos. Quise canalizar todas estas emociones y sensaciones en la zona, lograr que la escena se bañe de tranquilidad y eternidad.